Perfil Público de beache
Bertoldo Herrera Gitterman
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Día 5.40
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Semana 78.22
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Mes 290.20
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Año 7
Seguidores
13
Seguidos

Quiso el sol alumbrar antiguamente
Más allá de la radiante faz de alguna estrella
Y cuando puso su rayo sobre la Tierra
Encontró que existía una niña muy bella.
Y al recorrer la Tierra toda entera
Al contemplar toda esa gran hermosura
Al besar las flores con su suave caricia
Probó su inmenso dosel de dulzura.
Y al comparar las flores con la niña
Encontró que ninguna era tan bonita
Ni los lirios, las fucsias y alelíes
Y por eso le dio el nombre de Martita.
Y Martita crecía con gran premura
Persiguiendo huidizas mariposas
Ya volando por el aire transparente
O detenidas en la corola de las rosas.
Correteaba por el campo a pie descalzo
Recogía los guijarros del estero
Contemplaba la belleza de la tarde
Y hacía sus quehaceres con esmero.
Hizo de la quinta su jardín de juegos
Conquistó la altura del cerezo y el peral
Gozó la sombra de la palma y el manzano
Danzó al compás de la brisa y del trigal.
Y montaba su caballo siempre brioso
Cuando dejó de ser niña, era chiquilla
Y se iba para el pueblo en un momento
A comprar algún brazier o una pastilla.
Y si alguna pena grande la invadía
Y necesitaba que le dieran buen amparo
O simplemente cuando se sentía triste
se iba a jugar a la fragua de don Genaro.
Hasta que un día de tantos, cualquier día
Seguramente un domingo en la mañana
Vio un muchacho de miel y de apostura
Mientras ella observaba en la ventana.
Y llegó el amor con su tremendo encanto
Llegó el amor con sus dichas y tormentos
Se dedicó a él con todos sus sentidos
Con sus días, sus horas y momentos.
Y al hechizo del amor correspondido
Al inflijo de su fuerza arrolladora
Abandonó su vida lujosa y hogareña
Y siendo casi niña se volvió señora.
Así lo quiso Dios, así debió haber sido
Lo que Dios permite, el hombre no rebate
Aunque todo el mundo se haya opuesto
Y se haya generado un familiar debate.
Quedó en recuerdo la niña nacida en la fortuna
Vivió la pobreza con distinción y con decoro
El mecer de sus brazos reemplazó la cuna
Fueron sus hijos su caud..

He llegado esta tarde viniendo de lejos
todo henchido de dolor mi corazón:
es que tú me engañabas entre risas y caricias
sellando con besos tu cobarde traición.
Tú jugaste con mi amor todo cuanto quisiste
construiste mi desdicha en mi cruel porvenir.
Hoy me siento cansado, vaciado y nublado
y a vivir esta vida ya no quisiera seguir.
Yo vivía extasiado por el fulgor de tus ojos
no atiné a descifrar tu brutal falsedad.
Tú te quedas contenta con otro cariño
y a mí me condenas a amarga soledad.
Quizás que yo busque remedio en los alcoholes
que me ayuden a llevar este triste calvario
o escriba algún verso que destile veneno,
o me acostumbre a vivir en modo estrafalario.
Tal vez yo adopte un mutismo exacerbado
y hasta olvide el lenguaje que yo siempre usé
olvidar esta vida que hasta ahora llevaba
hasta el propio nombre de la mujer que amé.
Y no habré de odiarte para no rebajarme
llevaré este martirio con la más honda calma
lloraré en el silencio centenares de lágrimas
pues las lágrimas son pétalos que nacen del alma.
Bertoldo Herrera Gitterman
31 08 22
Iban a ser 15, pero terminaron siendo 16.-

Continuación
Últimas estrofas del poema ya enviado
Quedó en recuerdo la niña nacida en la fortuna
Vivió la pobreza con distinción y con decoro
El mecer de sus brazos reemplazó la cuna
Fueron sus hijos su caudal y su tesoro.
Y el tiempo fue pasando como pasa siempre
Llegaron los años con eneros y diciembres
Llegaron los hijos, los nietos y bisnietos
Pasaron los otoños, los marzos y noviembres.
Aquí le dejo estos versos señora Martita
Martita querida, mi hermosa mamita
A Dios le pediremos y seguro que escucha
Que viva más de cien años en su tierra bendita.
Bertoldo Herrera Gitterman
01 05 20
Para mi madre, que pronto cumplirá 92 años

Quiso el sol alumbrar antiguamente
Más allá de la radiante faz de alguna estrella
Y cuando puso su rayo sobre la Tierra
Encontró que existía una niña muy bella.
Y al recorrer la Tierra toda entera
Al contemplar toda esa gran hermosura
Al besar las flores con su suave caricia
Probó su inmenso dosel de dulzura.
Y al comparar las flores con la niña
Encontró que ninguna era tan bonita
Ni los lirios, las fucsias y alelíes
Y por eso le dio el nombre de Martita.
Y Martita crecía con gran premura
Persiguiendo huidizas mariposas
Ya volando por el aire transparente
O detenidas en la corola de las rosas.
Correteaba por el campo a pie descalzo
Recogía los guijarros del estero
Contemplaba la belleza de la tarde
Y hacía sus quehaceres con esmero.
Hizo de la quinta su jardín de juegos
Conquistó la altura del cerezo y el peral
Gozó la sombra de la palma y el manzano
Danzó al compás de la brisa y del trigal.
Y montaba su caballo siempre brioso
Cuando dejó de ser niña, era chiquilla
Y se iba para el pueblo en un momento
A comprar algún brazier o una pastilla.
Y si alguna pena grande la invadía
Y necesitaba que le dieran buen amparo
O simplemente cuando se sentía triste
se iba a jugar a la fragua de don Genaro.
Hasta que un día de tantos, cualquier día
Seguramente un domingo en la mañana
Vio un muchacho de miel y de apostura
Mientras ella observaba en la ventana.
Y llegó el amor con su tremendo encanto
Llegó el amor con sus dichas y tormentos
Se dedicó a él con todos sus sentidos
Con sus días, sus horas y momentos.
Y al hechizo del amor correspondido
Al inflijo de su fuerza arrolladora
Abandonó su vida lujosa y hogareña
Y siendo casi niña se volvió señora.
Así lo quiso Dios, así debió haber sido
Lo que Dios permite, el hombre no rebate
Aunque todo el mundo se haya opuesto
Y se haya generado un familiar debate.
Quedó en recuerdo la niña nacida en la fortuna
Vivió la pobreza con distinción y con decoro
El mecer de sus brazos reemplazó la cuna
Fueron sus hijos su caud..

CONTINUACIÓN
Últimas estrofas del poema enviado anteriormente
Una patria, una canción y una bandera
En que todos los niños la saludan donde va
y de las flores que sus manos cultivaron
las tres más bellas le dan trato de mamá.
Forman el gran caudal de sus amores
su familia, los niños todos y las flores
da al necesitado todo cuanto pueda dar
es reina de la casa, que llamo yo mi hogar.
Bertoldo Herrera Gitterman
03 05 20

Más allá de todos nuestros cielos celestes
donde el sol alumbra sobre fondos negridos
vivía una muy hermosa princesita
que pisaba terrenos de campos floridos.
Las princesas nacidas en remotos planetas
templan carácter en horas de soledad
les enseñan preceptores de rostros severos
a amar lo hermoso y hablar con suavidad.
Un día en la mañana en que rezaba
reclinada su alba frente ante el altar
le llegó un refinado mensaje perfumado
envuelto en suspiro de presencia real.
“Yo soy el principito de aquel cuento
que humilde aspira a tener tu amor,
que en medio de un pequeño planeta
cultiva, por ti, la más hermosa flor.
Ven a mí, mi Principita consentida
llega hasta aquí princesita adorada
que lo más que yo quiero en la vida
es que tú seas siempre mi amada.
Iremos juntos por los rumbos siderales,
visitaremos un zorro que vive en desierto,
una serpiente será la amiga más querida,
gozaremos la hierba que crece campo abierto”
Y una tarde la princesa emprendió viaje
¿será que montada en cometa errante vino,
en el inicio de una sonora risa cristalina,
o en el fulgor de un lucero matutino?
Pero, en las enormes distancias que hay en el cielo
la princesita simplemente extravió el camino
no encontró el lugar donde el príncipe esperaba
nunca fue su voluntad, pero así fue su destino.
Posó su pie en un país a la orilla de la tierra
con muchos ríos que van bajando la montaña,
un gran desierto, cordillera, hermosos lagos
Y un mar enorme muy tranquilo que lo baña.
Y desistió de emprender el viaje de regreso
seducida por la gran belleza de un copihue
que la cautivó con su encendido color rojo
mientras colgaba de la rama de un colihue.
Y los mayores le otorgaron bello nombre
que termina e La ENE y comienza con la MAR
seleccionado entre muchos otros nombres
como el más lindo que pudieron encontrar.
Y camina la princesa por lugares de la tierra
sembrando flores muy hermosas por doquier
en sus jardines se ven siempre florecidas
y hay muchas otras esperando florecer.
Un... sigue
SON RECUERDOS
SON RECUERDOS
Florido está el jardín que nosotros construimos
y exóticos aromas se esparcen por doquier
la rosa más hermosa que en su centro se formara
hoy día la he cortado y la guardo para ti
Hoy cantan las aves con sus voces cristalinas
brilla la luna con sus más pálidos acentos
vuelan mariposas cuando van cruzando el aire
y todas esas hojas arrastradas por el viento.
Cantó el zorzal en su armonioso solfeo matutino
aún resuena en el contorno su trinar maravilloso
y se acomodó en un árbol sobre su rama más alta
que había escogido por ser fuerte y muy frondoso.
Hoy me siento muy cansado a la vera del camino
a admirar tanta gente en su constante ir y venir
que vislumbran su meta aún más allá del horizonte
sobre polvo o espinas los impulsa a seguir.
12 08 22
Bertoldo Herrera Gitterman
Enviado por beache
Una cereza se mira al espejo y dice... ¿Cerezayo?
Atracción sexual y deseo por la inteligencia o por las cualidades morales de una persona.
Lucio Benitez
También tu
herida, rosa.
Y la astada luz
de tus búfalos rumanos
en lugar de una estrella
sobre el lecho de arena,
en el émbolo que habla,
el superrojoceniciento.
Paul Celan
SON RECUERDOS
SON RECUERDOS
Florido está el jardín que nosotros construimos
y exóticos aromas se esparcen por doquier
la rosa más hermosa que en su centro se formara
hoy día la he cortado y la guardo para ti
Hoy cantan las aves con sus voces cristalinas
brilla la luna con sus más pálidos acentos
vuelan mariposas cuando van cruzando el aire
y todas esas hojas arrastradas por el viento.
Cantó el zorzal en su armonioso solfeo matutino
aún resuena en el contorno su trinar maravilloso
y se acomodó en un árbol sobre su rama más alta
que había escogido por ser fuerte y muy frondoso.
Hoy me siento muy cansado a la vera del camino
a admirar tanta gente en su constante ir y venir
que vislumbran su meta aún más allá del horizonte
sobre polvo o espinas los impulsa a seguir.
12 08 22
Bertoldo Herrera Gitterman
Enviado por beache
Una cereza se mira al espejo y dice... ¿Cerezayo?
Atracción sexual y deseo por la inteligencia o por las cualidades morales de una persona.
Lucio Benitez
También tu
herida, rosa.
Y la astada luz
de tus búfalos rumanos
en lugar de una estrella
sobre el lecho de arena,
en el émbolo que habla,
el superrojoceniciento.
Paul Celan