Perfil Público de juancarlos
Juan Carlos Tellería
Estadísticas
¿Cómo conseguir puntos?
Puedes obtener puntos y subir en nuestro ranking en función de estos criterios:
- 15 puntos por cuento subido
- 10 puntos por poema subido
- 8 puntos por chiste subido
- 5 puntos por frase subida
- 1 punto por cada seguidor
- 0.02 puntos por voto positivo recibido
- -0.02 puntos por voto negativo recibido
- 15 puntos por cuento subido
- 10 puntos por poema subido
- 8 puntos por chiste subido
- 5 puntos por frase subida
- 1 punto por cada seguidor
- 0.02 puntos por voto positivo recibido
- -0.02 puntos por voto negativo recibido
Puntos
Día 11.14
Puntos
Semana 11.14
Puntos
Mes 11.14
Puntos
Año 1
Seguidor
0
Seguidos

Cuando llegabas, alegría en la tarde eras
con tu risa y semblante de mirada azul.
Cabellos resbalaban por tu envés como si fueran
ardientes destellos de Sol en la mañana.
En la clase de Historia cierto día
nos conocimos: yo la evolución
intentaba explicar y tú la rechazabas.
La clase se enzarzó como revuelta
y yo te eché una mano.
Sentí pronto que como un volcán me ardías.
Pero no dije nada. Buena amistad hicimos
de ahí en adelante.
Pero esos labios sedientos
de manos y lenguas
me despojaban de todo
y me dejaban indefenso,
y su ardiente ternura me parecía
una luna de los cielos tan encumbrados,
allí donde laten poseídos los momentos mágicos.
Donde hay pasiones ¿quién pone freno?
Donde hay dulzura ¿quién pone insípida escarcha?
Poco a poco nos dimos cuenta de todo.
Y, al fin, nos encontramos después de mucho buscarnos.
Y descubrí tu cuerpo: color blanco como la blanca arena de una playa luminosa y escondida
¡Ay! Montes que sólo mis dedos exploran,
entre tus muslos había un río de fuego vivo,
puerto donde el mar de noche se enciende, rubio
corcel ansioso de blanca espuma.
Gruta al pie de la colina que guarda un secreto,
boca del horno donde se cuecen las rosas,
risueños labios entreabiertos y dulces para mi boca,
valles de luz y de sombra,
y más arriba
la ancha llanura de tu vientre,
y más arriba,
la vaguada entre dos montes que llegaba a tu garganta.
Las tardes del pueblo chismoso
nos mantenía ocultos.
Pero en la calle Almoraima teníamos nuestro laberinto,
donde nadie nos seguía.
¡Allí jugamos a tantas cosas!
de espejos y destinos,
de máscaras y de sortilegios,
de quimeras y delirios.
Tu cuerpo era como el vuelo audaz
de una blanca sirena de cristal,
frágil y luminosa al tacto,
aire y luz al abrazar.
Tus besos eran como estrellas abrasando mi piel,
ardientes y salvajes,
ceniza y llama en el suspiro.
Fuimos locos un tiempo sin importarnos la realidad,
solo inventando cada momento sin miedo a nada.
DÉCIMA ALUSIVA A LA CRUZ
Décima a la Cruz de Mayo
Letra.Carlos Andrés López Blanco.
Mi sincera salutación
Al santísimo madero
Es ícono verdadero
De nuestra bella tradición
Aprovecho la ocasión
Y dar gracias al ateneo
Institución que yo veo
Que impulsa la cultura
Con persona de altura
Que trabajan sin rodeo
Enviado por carlos55
SOLUCIÓN IMAGINATIVA
Una mujer acude al médico con el fin de que le recomiende algo para adelgazar. El consultado va y le dice:
- Es muy simple, señora. Sólo tiene que mover la cabeza de izquierda a derecha y viceversa.
- ¿Cuántas veces?.
- Cada vez que le ofrezcan comida.
Si consigo ver más lejos es porque he conseguido auparme a hombros de gigantes.
Isaac Newton
NINGUNO
Tal vez soy un niño:
los muertos le causan pavura.
Sin embargo, a la muerte le clama
soltarlo de toda criatura
-niño, árbol, bestezuela-
de tantas cosas en que pulsan
corazones roídos de tristeza.
Es que no tiene ya qué dar
y las calles oscuras están,
y no encuentra, Señor, ser alguno
que logre, a tu vera,
ponerlo a sollozar.
Salvatore Quasimodo
DÉCIMA ALUSIVA A LA CRUZ
Décima a la Cruz de Mayo
Letra.Carlos Andrés López Blanco.
Mi sincera salutación
Al santísimo madero
Es ícono verdadero
De nuestra bella tradición
Aprovecho la ocasión
Y dar gracias al ateneo
Institución que yo veo
Que impulsa la cultura
Con persona de altura
Que trabajan sin rodeo
Enviado por carlos55
SOLUCIÓN IMAGINATIVA
Una mujer acude al médico con el fin de que le recomiende algo para adelgazar. El consultado va y le dice:
- Es muy simple, señora. Sólo tiene que mover la cabeza de izquierda a derecha y viceversa.
- ¿Cuántas veces?.
- Cada vez que le ofrezcan comida.
Si consigo ver más lejos es porque he conseguido auparme a hombros de gigantes.
Isaac Newton
NINGUNO
Tal vez soy un niño:
los muertos le causan pavura.
Sin embargo, a la muerte le clama
soltarlo de toda criatura
-niño, árbol, bestezuela-
de tantas cosas en que pulsan
corazones roídos de tristeza.
Es que no tiene ya qué dar
y las calles oscuras están,
y no encuentra, Señor, ser alguno
que logre, a tu vera,
ponerlo a sollozar.
Salvatore Quasimodo