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Otxamba Quérrimo
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De todo cuanto puedes ser,
has sido paz, alas, presente,
has sido sabor, brújula, más,
has sido tardes,
has sido aprender,
has sido salud, mundo, ganas,
multitud tal vez,
a veces has sido coincidencia,
a veces, posibilidad,
y ¡Huau!,
y raíz,
y, con mucho gusto, extraordinaria,
incluso has sido viceversa, suerte, todo, tú.
Habiendo sido tanto,
¿por qué no vas a poder ser, además, rincón, acaso patria?
¡Adjudicado!
De ahora contra adelante,
para mí,
también eres lugar,
y no por saberte localizar entre las sábanas,
o en el atlas susurrante del tiempo,
sino por el color quédate de tus ojos.
Míralos:
ahí resido todavía.
Piel adentro.
Absorto.
En ti.
En ellos.
Todavía.
Porque —cómo no—
tienes ojos de hogar.
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"Todavía: paráfrasis de un pronombre" (2024)

Todo vale, pero para mí no.
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"Una forma más de ver el mundo (en un momento dado)" (2024)

El mundo es demasiado interesante como para estar callado.
— — — — — — — — — — — — — — —
"Una forma más de ver el mundo (en un momento dado)" (2024)

Dijo el poeta al coger una flor:
—¿Acaso eres tú un precioso descuido?
¿Acaso eres tú un beso entre mis ojos?
¿Acaso eres el presente de un «hoy»?
¿Acaso eres un mundo que no es mío,
la idea y la forma de lo hermoso,
el amor reencarnado en color,
una ilusión, el tiempo detenido,
un sinsentido, la vida de todo,
una excusa, un tesoro, una canción,
una diosa, una excepción, un principio?
¿Acaso eres tú lo que nunca he sido?
La flor se envolvió en su más puro asombro.
—No —le respondió—. Sólo soy una flor.

Qué rápido me empacho de mí, y me reconcomo,
como una llama de miedo
ante el sarcófago de la existencia,
retraído en mi universo
de mesa, hasta que suena, al fin, mi suerte, me asomo,
y ahí estás, en la puerta, invitándome,
con tu proximidad más elocuente,
a palidecer de afecto.
Ojalá te desnudes, como ayer, del trabajo.
Ojalá la voz con que frecuenté
la tuya envuelva tu cuerpo,
me adentre a ti, y te explique, de paso, que debajo
del balcón de mi euforia continúa,
a pleno pulmón, este ego mío su balada.
Ojalá, entonces, nos demos,
si no cuenta, las manos, y, desde la ovalada
idoneidad de un paseo,
desencorves mi mirada continua.
Ojalá… Porque sabes que ese rumbo de aire,
esas huellas que escondemos
al andar, son, quizá, en sentido estricto,
un raíl que nos acerca, un extracto
podométrico de tiempo
transitado por quienes amamos la barbarie
de hospedar, caminando, paz, sueños, soluciones.
Y sabes (para saberlo
te basta mi frío) que hoy no estoy bien,
que ansío escapar, sí, lejos
de mí, contigo, que quiero que me algodones,
a fondo, con tu sombra de la guarda.
(Más dulce compañía de mis pasos
ni la entiendo ni la quiero).
Por lo tanto, dejemos, de nuevo, que la puerta
nos abra y, si te apetezco,
conforme nos llenemos de camino,
dejaré, también yo, mis costillas abiertas.
"Todavía: paráfrasis de un pronombre" (2024)

La paz naufraga / cuando Dios mete el dedo, / adrede, en la sombra.
(«V - Miniaturas de sabor», "La otra luna de la cara", 2024)
NO PRECISAS.
Para sentir a Dios, solo basta amar,
para estar en ti, no tienes que buscar.
Yo soy parte de ti, sin tiempo ni lugar,
un lazo eterno que nada puede separar.
No necesitas olfato
para oler mis sentimientos,
ni tus labios en mi piel
para besar lo que siento.
No precisas de tus manos
ni del tacto acostumbrado,
para tocar mi alma entera
sin rozarme, tan siquiera.
Te escucho sin que pronuncies,
te abrazo sin que estés cerca,
te siento como el suspiro
que la distancia no quiebra.
No precisas voz alguna
para oírte en mi silencio,
ni tu sombra junto a mí
para hallarte en todo el tiempo.
Te escucho sin que pronuncies,
te abrazo sin que estés cerca,
te siento como el suspiro
que la distancia no quiebra.
Eres el faro en la tormenta,
la calma que siempre regresa.
Aunque el tiempo nos separe,
tu esencia nunca se dispersa.
Eres el eco que me guía,
la voz que me llena el alma.
En cada paso, en cada día,
eres paz, eres mi calma.
Enviado por yanlop
GASOLINA
- A ella le gusta la gasolina...
- Oye, ¿no puedes cantar algo más educativo?
- A ella le gusta la mezcla de hidrocarburos derivados de petróleo...
Antes de juzgar, ponte en su lugar. Donde la piedad humana se atora, la Misericordia Divina pasa comodamente, bendice, arropa, sana.
Manuel Martínez
Pablo Neruda
NO PRECISAS.
Para sentir a Dios, solo basta amar,
para estar en ti, no tienes que buscar.
Yo soy parte de ti, sin tiempo ni lugar,
un lazo eterno que nada puede separar.
No necesitas olfato
para oler mis sentimientos,
ni tus labios en mi piel
para besar lo que siento.
No precisas de tus manos
ni del tacto acostumbrado,
para tocar mi alma entera
sin rozarme, tan siquiera.
Te escucho sin que pronuncies,
te abrazo sin que estés cerca,
te siento como el suspiro
que la distancia no quiebra.
No precisas voz alguna
para oírte en mi silencio,
ni tu sombra junto a mí
para hallarte en todo el tiempo.
Te escucho sin que pronuncies,
te abrazo sin que estés cerca,
te siento como el suspiro
que la distancia no quiebra.
Eres el faro en la tormenta,
la calma que siempre regresa.
Aunque el tiempo nos separe,
tu esencia nunca se dispersa.
Eres el eco que me guía,
la voz que me llena el alma.
En cada paso, en cada día,
eres paz, eres mi calma.
Enviado por yanlop
GASOLINA
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Antes de juzgar, ponte en su lugar. Donde la piedad humana se atora, la Misericordia Divina pasa comodamente, bendice, arropa, sana.
Manuel Martínez
Pablo Neruda