Perfil Público de piojodelrojo
Victor Peralta
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1789, Francia.
Entre los ecos de la revolución, Éloise y Julien se prometen amor eterno. Una tarde, mientras las campanas de París anuncian un ajusticiamiento, Julien cae herido mortalmente en la plaza. Éloise, rota, deja caer una lágrima sobre el empedrado. Esa lágrima, mezclada con polvo y sangre, será la primera onda del efecto.
Su tristeza la lleva a un pequeño puerto del norte, donde un joven pescador la ve llorar mirando el horizonte. Sin entender por qué, cree que debe consolarla. Ella apenas lo mira, pero su dolor deja en él una huella. Esa noche, el pescador sueña con un rostro que no conoce y con un amor que nunca vivió. Al día siguiente, decide navegar más lejos de lo habitual… y en una de esas travesías, rescata de un naufragio a una mujer inglesa.
1810, costas del Atlántico.
La mujer, Margaret, sobrevive gracias a él. De vuelta en Inglaterra, abre un pequeño asilo para marineros perdidos. Allí conoce a Thomas, un soldado que no puede dormir desde que volvió de la guerra. Ella le enseña a rezar, él le enseña a reír de nuevo. Se casan.
Su hijo, William, será poeta.
En 1845 escribe sobre un amor imposible entre dos almas que nunca se encuentran. Uno de sus poemas viaja hasta Argentina en manos de un inmigrante italiano, que lo recita en un puerto de Buenos Aires mientras espera que llegue su prometida.
Pero ella nunca llega.
En cambio, una costurera llamada Ana, que escucha el poema desde la distancia, siente que esas palabras fueron escritas para ella. Se acerca, le ofrece un mate, y sin saberlo, reencuentra en él la chispa de Éloise, el eco de Julien, el reflejo de aquel pescador.
El amor, una vez más, encuentra su cauce.
Y así, de lágrima en lágrima, de mirada en mirada, la historia sigue viajando, una emoción que atraviesa siglos, cambiando de rostro, de idioma y de destino.
Dicen que el aleteo de una mariposa puede provocar un huracán del otro lado del mundo.
Quizás el amor funcione igual, una lágrima derramada en 1789 puede encender un corazón en esta primavera.
Porque, al final, todos llevamos en el ADN la memoria del primer amor.
No somos más que repeticiones del mismo latido, ecos de una historia que empezó mucho antes de que naciéramos.
Y que, de una forma u otra, todavía sigue escribiéndose en nosotros.
Aún porfía en mi memoria los detalles de aquel momento,
y mis pupilas siguen ardiendo con el calor de aquel verano
Ahí estabas,
aguardando en el rincón del bar,
ahí, en la parte más remota del tumulto
de las almas que descienden a vivir sin escala.
Ahí estabas,
con tus cabellos fugitivos,
abrumados de tanta perfección,
y con tu voz dormida en el umbral
de unos labios poderosos
que guardaban en su carne
mi condena infinita.
Ahí estabas, amor, ahí
con los ojitos perdidos,
diseminando el temor en un creerte inocente
y preguntando a la gente si el sentir
se ha prohibido.
¿Y yo, dónde estaba?
Ese día no existía,
pero te vi, vida mía, te vi,
y mi renacer fue todo caos
y el sol parió el amanecer en mis mejillas,
y el atardecer murió en tus brazos,
…mi eterna romería;
Y hoy que todo es efervescencia vida mía,
¿dónde estamos?
Yo,
viviendo todavía en la memoria de aquel día,
¿y vos?,
vos, sumergida en el tumulto
ese que te acercó una vez...
pero que hoy te arrebatan de mi. -
El mar me anticipa, y en unos metros ya había besado sus pies, sus muslos, tambien habia rodeado sus caderas con fuerza, y con algo de debilidad seguía besando el resto de su bronceado cuerpo semidesnudo…
Entre toda esa corriente natural, que seguía conquistando el terreno de su cuerpo en forma ascendente, poco a poco y con la ayuda del descuido de las olas, logré anclarme a centímetros de su mirada, aguachenta, nublada…
fueron 5 segundos los que necesité para recobrar el aire que la corriente me había quitado, 5 segundos para que mis manos reaccionaran y rozaran sus brazos, ya cenizas, pero todavía abrasadores, fueron otros tantos segundos más para que pudiera sentir sus manos sobre mis hombros. El peso de nuestra respiración pareciera haber alisado el mar… y el tiempo, la temperatura y el aire se detuvieron. Los segundos ya no contaban, toda el agua en su cuerpo olvidó su curso y quedó imantada a su piel, adoptándola como su nuevo mar. Mis manos ya estaban sumergidas en su cintura, sus pechos marcaban como un hierro candente mi piel… ya nada podía detenernos, me incliné suavemente con los ojos abiertos y apunté mis labios al centro de los suyos, no hubo acierto, el beso comenzó casi al limite con su mejilla izquierda, pero rápidamente corregí o corregimos al unísono la dirección de nuestras bocas. Sentí una suave presión de la totalidad de sus labios sobre los míos, ella con los ojos cerrados se dejó llevar, brevemente intento dibujar, rozando con más destreza que ligereza, las fronteras de sus besos, jugando con las gotas de agua que todavía quedaban estancadas en su pronunciado labio superior... pero no aguanto... no soporto más el frío lejos de la profundidad de su boca y me vuelco con tal fuerza que las gotas de agua que aún quedaban en nuestros rostros se esparcen a varios metros, fue una explosión de ansiedad, y no tardo mucho en darme cuenta que me está devolviendo el beso con las mismas ansias. La falta de aire hace que nos separemos, ella se siente tan débil después, que se apoya en mi pecho para no hundirse en el océano.
- Todavía seguís con esa loca idea de irte? - Le susurro, mientras dejo caer su cabeza en mi hombro -. No es justo.
- La vida no es justa... - sentenció -
Victor Peralta
Encontrar tus dedos entre mis manos
lanzarnos a la lluvia
casi desnudos, sin escudos
las caricias y el agua
todo es refrescante.
Nos observan, reímos,
somos jóvenes, nos queremos..
amamos la lluvia y todo lo que borra.
la simpleza de las gotas,
su evaporación en nuestros hombros.
seguimos riendo...
Somos nuevos otra vez.
No quiero ser el mismo que era antes...
porque ya lo fui.
V.P.
Te escucho en un ratito me dijo, con voz animada, y esas palabras fueron mi ultimo aliento.
Victor Peralta
PIEL MORENA.
Titulo. Piel morena.
Letra. Carlos Andrés López Blanco.
Quisiera saber, un poco mas de ti
Quisiera saber, que sientes por mí.
Que hay detrás, de esa tierna sonrisa
Tal vez un misterio casual, a que alegra mis días.
Cuando estás muy lejos, no dejo de pensar
En y tu piel morena, suave como la seda.
Con tú mirada me sonrojo
Me imagino un futuro, maravilloso
Se mi destino.
Ven acércate a ser, del cuento más hermoso
Una realidad, porque quisiera conocerte
Un poco más.
Son esos latidos, de mi corazón
Que estremece mi pecho, cuando te dice amor.
No quiero extrañarte, quiero volverte a ver,
Estar siempre a tú lado, por cada amanecer.
Enviado por carlos55
¿Cómo se despiden los químicos?
- Ácido un placer...
La vida es como un viaje que se emprende por primera vez, no sabemos si será corto o durará mucho tiempo.
gbl
18/02/2018
Derechos Reservados de Autor
Germán A Barrios Leal
El otro día iba paseando
por las calles del cabanyal,
Pensando, imaginando ,
cómo siempre que salgo andar.
De repente,una pareja me paró
, muy a mi pesar,
me preguntaron, caballero,
hacia dónde para el mar?
Yo, que lo he visto tantas veces,
les di las instrucciones como si
buscaran una calle más ,pero para
ellos , que era la primera,sonaban
a rico manjar.
Qué contentos se pusieron, cuando
oyeron,
os quedan doscientos metros nada
más .
Yo , contento también me puse y
a la playa fui a parar,
hacía tiempo que no disfrutaba
de un paseo junto al mar.
Alejandro Tamarit
PIEL MORENA.
Titulo. Piel morena.
Letra. Carlos Andrés López Blanco.
Quisiera saber, un poco mas de ti
Quisiera saber, que sientes por mí.
Que hay detrás, de esa tierna sonrisa
Tal vez un misterio casual, a que alegra mis días.
Cuando estás muy lejos, no dejo de pensar
En y tu piel morena, suave como la seda.
Con tú mirada me sonrojo
Me imagino un futuro, maravilloso
Se mi destino.
Ven acércate a ser, del cuento más hermoso
Una realidad, porque quisiera conocerte
Un poco más.
Son esos latidos, de mi corazón
Que estremece mi pecho, cuando te dice amor.
No quiero extrañarte, quiero volverte a ver,
Estar siempre a tú lado, por cada amanecer.
Enviado por carlos55
¿Cómo se despiden los químicos?
- Ácido un placer...
La vida es como un viaje que se emprende por primera vez, no sabemos si será corto o durará mucho tiempo.
gbl
18/02/2018
Derechos Reservados de Autor
Germán A Barrios Leal
El otro día iba paseando
por las calles del cabanyal,
Pensando, imaginando ,
cómo siempre que salgo andar.
De repente,una pareja me paró
, muy a mi pesar,
me preguntaron, caballero,
hacia dónde para el mar?
Yo, que lo he visto tantas veces,
les di las instrucciones como si
buscaran una calle más ,pero para
ellos , que era la primera,sonaban
a rico manjar.
Qué contentos se pusieron, cuando
oyeron,
os quedan doscientos metros nada
más .
Yo , contento también me puse y
a la playa fui a parar,
hacía tiempo que no disfrutaba
de un paseo junto al mar.
Alejandro Tamarit
