Perfil Público de piojodelrojo
Victor Peralta
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Día 1.20
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Semana 1.20
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Mes 120.62
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Año 7
Seguidores
1
Seguido
Aún porfía en mi memoria los detalles de aquel momento,
y mis pupilas siguen ardiendo con el calor de aquel verano
Ahí estabas,
aguardando en el rincón del bar,
ahí, en la parte más remota del tumulto
de las almas que descienden a vivir sin escala.
Ahí estabas,
con tus cabellos fugitivos,
abrumados de tanta perfección,
y con tu voz dormida en el umbral
de unos labios poderosos
que guardaban en su carne
mi condena infinita.
Ahí estabas, amor, ahí
con los ojitos perdidos,
diseminando el temor en un creerte inocente
y preguntando a la gente si el sentir
se ha prohibido.
¿Y yo, dónde estaba?
Ese día no existía,
pero te vi, vida mía, te vi,
y mi renacer fue todo caos
y el sol parió el amanecer en mis mejillas,
y el atardecer murió en tus brazos,
…mi eterna romería;
Y hoy que todo es efervescencia vida mía,
¿dónde estamos?
Yo,
viviendo todavía en la memoria de aquel día,
¿y vos?,
vos, sumergida en el tumulto
ese que te acercó una vez...
pero que hoy te arrebatan de mi. -
El mar me anticipa, y en unos metros ya había besado sus pies, sus muslos, tambien habia rodeado sus caderas con fuerza, y con algo de debilidad seguía besando el resto de su bronceado cuerpo semidesnudo…
Entre toda esa corriente natural, que seguía conquistando el terreno de su cuerpo en forma ascendente, poco a poco y con la ayuda del descuido de las olas, logré anclarme a centímetros de su mirada, aguachenta, nublada…
fueron 5 segundos los que necesité para recobrar el aire que la corriente me había quitado, 5 segundos para que mis manos reaccionaran y rozaran sus brazos, ya cenizas, pero todavía abrasadores, fueron otros tantos segundos más para que pudiera sentir sus manos sobre mis hombros. El peso de nuestra respiración pareciera haber alisado el mar… y el tiempo, la temperatura y el aire se detuvieron. Los segundos ya no contaban, toda el agua en su cuerpo olvidó su curso y quedó imantada a su piel, adoptándola como su nuevo mar. Mis manos ya estaban sumergidas en su cintura, sus pechos marcaban como un hierro candente mi piel… ya nada podía detenernos, me incliné suavemente con los ojos abiertos y apunté mis labios al centro de los suyos, no hubo acierto, el beso comenzó casi al limite con su mejilla izquierda, pero rápidamente corregí o corregimos al unísono la dirección de nuestras bocas. Sentí una suave presión de la totalidad de sus labios sobre los míos, ella con los ojos cerrados se dejó llevar, brevemente intento dibujar, rozando con más destreza que ligereza, las fronteras de sus besos, jugando con las gotas de agua que todavía quedaban estancadas en su pronunciado labio superior... pero no aguanto... no soporto más el frío lejos de la profundidad de su boca y me vuelco con tal fuerza que las gotas de agua que aún quedaban en nuestros rostros se esparcen a varios metros, fue una explosión de ansiedad, y no tardo mucho en darme cuenta que me está devolviendo el beso con las mismas ansias. La falta de aire hace que nos separemos, ella se siente tan débil después, que se apoya en mi pecho para no hundirse en el océano.
- Todavía seguís con esa loca idea de irte? - Le susurro, mientras dejo caer su cabeza en mi hombro -. No es justo.
- La vida no es justa... - sentenció -
Victor Peralta
Encontrar tus dedos entre mis manos
lanzarnos a la lluvia
casi desnudos, sin escudos
las caricias y el agua
todo es refrescante.
Nos observan, reímos,
somos jóvenes, nos queremos..
amamos la lluvia y todo lo que borra.
la simpleza de las gotas,
su evaporación en nuestros hombros.
seguimos riendo...
Somos nuevos otra vez.
No quiero ser el mismo que era antes...
porque ya lo fui.
V.P.
Te escucho en un ratito me dijo, con voz animada, y esas palabras fueron mi ultimo aliento.
Victor Peralta
Un abrigo de guitarra
acudiendo a la ausencia del sol
en un desorden matinal
cercano al recuerdo de su fervor
el ventanal empañado,
un jardín sin escudos
colmado de gorriones desafinados.
La densa nube, el aire húmedo
la ineludible lluvia...
La bocina de un auto, el apuro de sus pasos
un beso tibio a la pasada.
Un adiós apagado, una silueta sin nombre
La lluvia desatada...
Un mensaje nuevo, un contacto más.
de un corazón sin contactos...
Victor Peralta
APENAS
Hace apenas unos minutos yo era un niño,
arcilla de lava que entonaba una canción,
un rugido interminable, una primavera
entre arrecifes de hormigón.
Mis sueños apenas me cabían en las manos,
y la esperanza iniciaba su reinado.
Recuerdo haber alzado los ojos,
rendirme al amor,
coronarme en esa patria de hierba y luz
que desde el barro desafiaba al sol.
Brote, esbozo de estrella en una calle,
música, centella, pasión.
Recuerdo haber sido aquel niño,
y ahora solo quisiera volver a ser yo.
Enviado por danteverne
- ¿De dónde vienes todo mojado?
- De fregar los platos.
- ¿Cómo?
- Había una cuchara...
para que llorar si nadie se secara las lagrimas mejor ríe y así todos te recordaran.
karen ruiz
Las caras de los otros son iguales.
Mezquinas y acechantes.
Y aparte de la gente
también tienen cabellos los recuerdos,
la paz tiene una máscara,
la soledad un ojo.
Y en la alegría un diente.
Violeta Luna
APENAS
Hace apenas unos minutos yo era un niño,
arcilla de lava que entonaba una canción,
un rugido interminable, una primavera
entre arrecifes de hormigón.
Mis sueños apenas me cabían en las manos,
y la esperanza iniciaba su reinado.
Recuerdo haber alzado los ojos,
rendirme al amor,
coronarme en esa patria de hierba y luz
que desde el barro desafiaba al sol.
Brote, esbozo de estrella en una calle,
música, centella, pasión.
Recuerdo haber sido aquel niño,
y ahora solo quisiera volver a ser yo.
Enviado por danteverne
- ¿De dónde vienes todo mojado?
- De fregar los platos.
- ¿Cómo?
- Había una cuchara...
para que llorar si nadie se secara las lagrimas mejor ríe y así todos te recordaran.
karen ruiz
Las caras de los otros son iguales.
Mezquinas y acechantes.
Y aparte de la gente
también tienen cabellos los recuerdos,
la paz tiene una máscara,
la soledad un ojo.
Y en la alegría un diente.
Violeta Luna